RAM - ABRIL 2016



RAM

Abril 2016

 

Soy el maestro RAM. Permitidme, hermanos y hermanas, de saludaros. Estoy de nuevo con vosotros, acompañado por el Espíritu del Sol.

Comulguemos juntos, antes de que me exprese sobre el Silencio.

… Silencio…

Como Melchisedech, hace varios años - en otra época, antes de la Liberación de la Tierra -, vine entre vosotros para expresaros un cierto número de elementos respecto a la respiración y al Silencio. Voy entonces a proseguir hoy, ajustando mis palabras, mi intervención, a las circunstancias actuales de vuestras vidas.

El Silencio del que os voy a hablar hoy, no es simplemente el silencio de las palabras, sino más bien el silencio de lo efímero en todos sus componentes. Lo más importante hoy en vuestro Cara a Cara, solos frente a vosotros mismos, el Silencio va a contribuir a establecer la espontaneidad. Este Silencio une el principio de la vacuidad y el de la plenitud, porque desde el momento en que la persona que sois, presentes en este mundo, hace el silencio de lo que es emitido en las estructuras efímeras, es pues un elemento esencial para el período que precede el Acontecimiento.

Encontrar el Silencio permite de hacer la Paz consigo mismo y deja el Sí y la Infinita Presencia aparecer en vuestra conciencia. Retengan ante todo que el Silencio debe volverse evidencia y facilidad. Es el silencio, no solamente de las palabras, no solamente de los sentidos, sino más bien el Silencio que acompaña la Paz cuando las emociones y el mental se callan. Lo que expreso hoy, no tiene nada que ver con una meditación o ejercicio cualquiera que sea. El Silencio de la persona va a permitir, más fácilmente, la manifestación de la Eternidad del Amor y de la Luz al interior mismo de vuestra conciencia ordinaria.

El Silencio es el elemento que va a permitir de poner fin a la separación de lo que os aparece como interior y exterior, dejando aparecer el despliegue de la Vida en su Inteligencia y en su belleza. El Silencio interior no es la ausencia de relación, sino más bien la relación verdadera y justa, facilitando en vosotros la instalación definitiva del Amor y de la Eternidad. Este Silencio se asemeja al recogimiento u oración del Corazón, la Oración del Corazón que sólo desea la emergencia de lo bello y de lo  verdadero, la emergencia no de lo que solo pasa, sino de lo que es Eterno.

El Silencio del que hablo puede ser favorecido de diferentes maneras. Así que me propongo de daros los elementos que van a contribuir a haceros encontrar, si aún no está hecho, el Silencio que acompaña y precede la emergencia del masculino sagrado, el regreso también del Andrógino primordial, aquel que no conoce ni diferenciación, ni sexo, ni polaridad.

El Silencio no es ni una reflexión ni un trabajo. Es un estado donde la Evidencia prevalece, la evidencia de la Luz y del Amor, más allá incluso de toda percepción previa, que esto sea a nivel de los sentidos o mecanismos espirituales. El Silencio permite la acogida incondicional de la Verdad del Amor, de lo que llamáis en occidente: el Cristo. El Silencio puede aparecer en cualquier circunstancia de vuestras vidas. Es el Silencio que es el testigo de la Paz y de la Alegría. Este Silencio, lo preciso, es interior. Él no tiene nada que ver con el silencio de las palabras o de la mirada, es el Silencio de la persona que se borra de ella misma, delante la majestad de la Belleza y la majestad del Amor.

El Silencio os va a ayudar a transmutar los últimos elementos del fuego vital en Fuego vibral. El Silencio desemboca en la espontaneidad, en la Claridad y en la Precisión, no de lo que es visto, sino más bien en la intensidad de lo que es vivido en esos momentos. El Silencio tiene la capacidad también de hacer desaparecer al testigo o al observador. El Silencio permite de superar los límites inherentes a la historia de vuestra persona y condición.

El Silencio facilita el despliegue de la Luz, desde el centro del Corazón, al que llamáis el Corazón del Corazón. En el Silencio, la respiración se modifica, el ritmo cardíaco cambia, el cuerpo se relaja. Cuando el Silencio interior se instala, hay pérdida de las referencias habituales, tanto del emplazamiento de vuestro cuerpo, como de vuestra conciencia. Ésta entonces ya no está más localizada ni en el cuerpo, ni en ninguna parte del cuerpo, ni incluso en un centro energético.                      

La Morada de Paz Suprema, la Alegría, que precede la a-conciencia, es exactamente lo que ya se produce en vuestras vidas, en los momentos de Amor intenso o en los momentos de desaparición. Si ya los vivisteis, o si vais a vivirlos, observáis u observareis que en esos momentos no pueden haber preguntas ni interrogaciones, ni incluso la puesta en tela de juicio de lo que es vivido, además que el contraste entre el estado común de vuestra conciencia y el estado de Silencio interior es sorprendente.

El Silencio no es un privilegio de una Estrella, un Arcángel o Anciano, el Silencio es inherente a la Vida. De la misma manera que la semilla germina bajo la tierra en la alquimia de su obra al negro, el Silencio interior os va conducir, en este periodo propicio, a dejar emerger la manifestación tangible del Corazón del Corazón, de vuestra paz y alegría del Amor. El Silencio no es la observación de la observación, sino la desaparición del observador. En la desaparición del observador, la observación puede quedar, incluso si no hay nadie realmente que observar. El Silencio, como dije, es pues Evidencia. Evidencia de la Vida, la evidencia del Amor.

El Silencio interior es el momento en el que, más allá de la cesación de los pensamientos, de las emociones y de la percepción del cuerpo, se abre un espacio diferente, un espacio donde no os podéis apoyar sobre ninguna referencia, ni experiencia pasada, ni proyección de un ideal o de una meta. El Silencio os vacía de vuestro efímero, apacigua el Cara a Cara y os hace descubrir, en soledad, la plenitud y la multiplicidad.

El Silencio os proporciona una agudeza y hace tangible en vuestro mundo, vuestra Eternidad. En el Silencio interior, la conciencia no tiene más deseo ni voluntad de engancharse a cualquier manifestación que sea. Paradójicamente, el Silencio os revela vuestra Esencia anterior a toda manifestación, y sin embargo en vuestro mundo, sobre esta tierra, hace manifestar por y para ella misma la Luz y el Amor. No hay propiamente hablando reglas ni técnicas que observar, pero existen sin embargo elementos que facilitan la aparición del Silencio interior; esto os ha sido largamente explicado, en particular en el papel del observador. El Silencio interior proporciona Paz y Alegría sin esfuerzo.

Este Silencio interior puede ser percibido para la persona y su cuerpo, como un agujero negro donde no tienen ninguna referencia posible, donde no puede existir la menor petición, la menor meta. El Silencio acompaña la revelación del instante presente. A medida que este Silencio interior crece en vosotros, por la repetición de estas secuencias de Silencios interiores, emergerá del Corazón del Corazón la Gracia en acción, visible, perceptible y sensible. El Silencio interior no puede ser obtenido luchando contra vuestros propios pensamientos o contra vuestro propio mental, o contra vuestras propias emociones. El Silencio engloba todo esto, él es además el soporte de las emociones, de los pensamientos y del cuerpo.

Este Silencio interior va a amplificar, en la paz, el Cara a Cara. Es entonces cuando la conciencia no puede agarrarse a ninguna identidad, ni historia, ni lugar, ni suposición. Llegar a esto puede ser facilitado por técnicas muy simples que van en cierto modo a favorecer el nacimiento del Silencio interior.

El primer modo es de leer lo que pude decir hace unos años, respecto a la respuesta del Silencio. El Verbo mismo, que está al principio, toma apoyo en el Silencio. El Silencio interior, cuando aparece, le da densidad, peso, al Amor y a la Luz, volviéndolo palpable. Respirar, por ejemplo, y ser consciente de su respiración, es de gran ayuda. Llevar su propia conciencia sobre la Nada o el Canto del alma percibido en vuestros oídos puede ser también un vector importante, al permitir al Silencio de establecerse.

Un segundo o tercer modo de favorecer el Silencio es de realizar una forma de examen, de lo que ya había hablado en mi vida, como en mis intervenciones - y que también fue evocado por Bidi - va a consistir en llevar por la noche, en posición tumbada y antes del sueño, de examinar, más que de hacer una retrospectiva, de vuestra jornada que acaba, no para juzgarla, no para apreciar sus bondades o rechazar sus penas, sino simplemente para preparar vuestro sueño a ser fuente de Silencio. En el Silencio, hay evidencia de la Luz y del Amor.

El Silencio interior se acompaña de una inmovilidad percibida tanto del cuerpo como del pensamiento y las emociones. Si algunas emociones o pensamientos llegan, éstas están como suspendidas y fuera del tiempo.

Esto constituye unas primicias al Silencio interior. El Silencio interior os invita a aumentar la Paz que ya alcanzasteis, a veces por experiencia o de modo más duradero. El Silencio alimenta también la espontaneidad y la sencillez, os vuelve disponibles, disponibles a vosotros mismos, más allá de toda persona. El Silencio conduce de manera natural a la extinción de los juegos de la conciencia, dándoos tal vez a ver estos juegos, pero que ya no os llevan.

En el Silencio interior, el despliegue y las manifestaciones de la conciencia aparecen por lo que son, pero no implican el movimiento de vuestra conciencia sobre estas manifestaciones de la vida y de la conciencia. Silencio e inmovilidad van a la par. Ellos os dan en cierto modo una firme base a la Luz y al Amor que no están condicionados ni por algún resultado, ni por vuestra historia, ni por algún fin.

El Silencio contribuye entonces a establecer la Visión del Corazón, la Visión sin ver, donde nada necesita de ser visto, justamente porque todo es evidente. El Silencio interior os da acceso a los engranajes de la conciencia misma, desembocando en una Paz y un equilibrio más grande. Esto os da una base en el Corazón, para vuestro ser Eterno.

… Silencio…

En el Silencio interior, todo puede ser visto en sus engranajes y mecanismos, no solamente de la conciencia, sino también de lo que es llamado emoción, pensamiento y mental.

El Silencio finalmente es el estado adecuado donde la Luz puede circular libremente, atravesaros y ser emitida desde el Corazón del Corazón. En definitiva, el Silencio interior os extirpa literalmente de los sufrimientos efímeros ligados a la actividad de las estructuras efímeras. Este Silencio interior estabilizará finalmente todo lo que puede parecer de indispuesto en vuestra persona - que no sois. Las estructuras efímeras que os constituyen en este mundo donde estáis todavía encarnados, sólo existen en el juego del Yin y del Yang, o si preferís de las fuerzas alternantes de la dualidad, que esto sea a escala del átomo, de la célula, de los órganos, de los cuerpos sutiles o también de la conciencia misma.

Es justamente en la inmovilidad del Silencio interior que los juegos de la conciencia  aparecen con más nitidez, por lo que son. Los juegos de la conciencia son en efecto sólo movimientos de vaivén, movimientos que permiten verse a sí mismos en los juegos de la Creación, cualquiera que sea esta creación, original o falsificada.

El Silencio es pues la solución al alboroto de los pensamientos, emociones e interacciones con este mundo, poniendo fin por sí mismo al juego de vaivén y que pone fin a toda distancia entre las nociones de exterior e interior. Es en el Silencio que se produce la alquimia de lo masculino y de lo femenino o de las fuerzas antagonistas y complementarias.

Puedo decir también que en cierta medida el Silencio es la antecámara del Absoluto. Es la experiencia que un número siempre más importante de hermanos y de hermanas humanos encarnados en este mundo viven en diversos grados, en los momentos de  experiencias transcendentales o experiencias de muerte inminente. Después del túnel, después del encuentro de las formas que fueron importantes en vuestras vidas, después de atravesar la luz del Sol, hay lo que está más allá de la Luz: es el Silencio, es el Absoluto.

El Silencio es seguramente una de las últimas percepciones que pueden manifestarse en la conciencia ampliada. El Silencio os va a permitir de magnificar la escucha y la acogida de todo lo que emerge, de vosotros o en vosotros.

Al igual que el influjo de Luz es capaz de regenerar y de sanar lo que deba ser, el Silencio firma la rendición de lo efímero a la Eternidad.

En el silencio interior, fortificareis el eje vertical de la columna vertebral y os dará una base a la emergencia de la Luz en vuestro mundo y en vuestra encarnación.

… Silencio…

En este silencio interior vamos a instalarnos juntos, sin objetivo y sin meta,  simplemente para Ser, no sólo aquí donde estáis sino en cada conciencia como en cada punto de esta tierra y del Universo, con la misma Claridad y la misma Precisión.

Y allí donde no hay nada más a ver, ni nada que percibir, la identidad de ser una persona se mezcla en el Ser, dejando aparecer la fuente misma de la conciencia.

… Silencio…

En el Silencio interior, el juego de la dualidad no puede mantenerse y perturbar vuestra persona.

… Silencio…

En el Silencio interior, el silencio de las palabras no está presente porque las palabras espontáneas se apoyan en este Silencio. Entonces el lenguaje de los ángeles puede ser emitido, de la misma manera que La Fuente y El Último lo hicieron.

… Silencio…

En el Silencio interior, el sentido de ser una persona aparece realmente por lo que es: una ilusión. En el Silencio interior, el Amor se despliega y se revela en vosotros, como en el mundo.

… Silencio…

En el Silencio interior, el Fuego vibral se vuelve la fuente principal de vuestra vida.

Paralelamente, este Silencio interior os va a preparar de manera más adecuada a vivir el Acontecimiento. Retengan que en el Silencio interior no es necesario, incluso si esto es útil, de hacer el silencio de las palabras.

En el silencio interior, la conexión al Corazón del Corazón os aparece, realizando en cierto modo, en vosotros, una invulnerabilidad incondicionada, no dependiendo ni de nada ni de alguien.

En el Silencio interior, lo que pueda quedar en vosotros de impulsos, de obsesiones, de frenos, se desvanecen por sí mismos. Observareis además, si aún no está hecho, que en las circunstancias a atravesar por la persona que sois - en apariencia - sobre este mundo, el Silencio es una gran ayuda porque deja sitio a la Luz y a su Inteligencia.

… Silencio…

Así es el Silencio interior, donde todo es respuesta, donde todo es Uno.

… Silencio…

En el Silencio interior, finalmente, se instala la Morada de Paz Suprema.

… Silencio…

He aquí las palabras y los Silencios, que os tenía que dar sobre el Silencio interior.

Saludo y bendigo vuestras Presencias, permaneciendo con vosotros todavía unos momentos, dondequiera que estéis, en el Silencio interior o a su puerta.

… Silencio…

Soy el Maestro RAM, permitidme de depositar en vuestros Corazones nuestra comunión Una.

Saludo vuestra Belleza y vuestra Eternidad.

Hasta más tarde.

 

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