SILO - ABRIL 2016



Crónicas de los Melchizedech.

El masculino sagrado

 

SILO

 

La Autocuración

 

Hermanos y hermanas de Luz, en primer lugar, acojamos juntos a Cristo, en la Paz del Corazón.

 

…Silencio…

 

Como necesitáis un nombre, soy Silo. Permitidme deciros que en lo relativo a lo que soy y lo que fui en la Tierra, mi última encarnación se remonta a varios cientos de años. Durante mi vida, creé una orden religiosa. Toda organización, como sabéis, está consagrada a la depredación, y mi orden no escapó a eso, aunque estaba dedicada a Cristo. Sabed simplemente que soy un Melchizedech de Tierra que participó, durante más de cincuenta años, muy cerca de ciertos medios para trabajar en la restauración de la Luz y de Cristo.

 

A partir de ahora, podéis acudir a mí, evocarme y llamarme en el silencio de vuestro Corazón. Vendré entonces para actualizar en vosotros un principio de Autocuración y os haré ver, en vosotros mismos, el efecto de la Inteligencia de la Luz sobre vuestro cuerpo, así como sobre aquello que quede en vosotros de resistencias, de sombra o de cuestionamientos relativos a la verdad de la Luz. Para todos aquellos que, a pesar de las vibraciones, a pesar de las percepciones, a pesar de las transformaciones, no os parece haber llegado, recordad que nunca os habéis ido. Así que, yo estaré aquí, realmente, no para curaros sino para ser el canal y el intercesor entre vuestra conciencia y lo que llamaría, el Espíritu del Sol o la Conciencia de la Inteligencia de la luz.

 

Para eso, no teníais ninguna necesidad de conocer mi identidad pasada sino solamente trazar sobre vuestro corazón, con vuestro dedo pulgar derecho o izquierdo, tres líneas verticales que vayan desde la parte superior a la parte inferior de vuestro pecho sin desbordaros hasta el vientre. Primero en la derecha, luego en el centro partiendo del noveno cuerpo hasta el octavo cuerpo y finalmente en la izquierda, pasando al lado de la Puerta Unidad y junto al chakra del Corazón.

 

Esta llave vibral, porque es una, facilitará en vosotros, si es el momento, el acceso al corazón del Corazón, a la autocuración, a la plena manifestación del masculino sagrado. Al haber llegado ahora, el tiempo que ya está cumplido, es hora de ayudaros a vosotros mismos para ayudar a los demás. No haré uso de tantas palabras como otros Melchizedech. Simplemente aquí, como el que me escuche o me lea, podréis realizar ahora el gesto que he venido a desvelaros para hacerlo a solas o aquí todos juntos, para la apertura de lo que os propongo.

 

Esto es muy simple: utilicéis la mano que utilicéis, primero a la derecha, luego entre el noveno y el octavo cuerpo y finalmente a la izquierda, sin desbordaros hasta el vientre. Así, señalando la nueva Tri-Unidad, entra en manifestación vuestro corazón. Trazad este gesto sobre vosotros sin pedir nada y situémonos todos juntos…

 

…Silencio…

 

Así, el Agua de Vida o el Agua de arriba, así como el Fuego Ígneo, os parecerá manifestarse en vuestro pecho y en manifestación. No hay que pedir nada más, solo estar recogido para acoger.

 

No tendré otras palabras porque esto supera las palabras, las explicaciones o los comentarios. Sólo el silencio de las palabras os conducirá a eso, a solas…

 

…Silencio…

 

Para vivir la recepción incondicional de la Gracia.

 

…Silencio…

 

Ya sea ahora, ya sea habiéndome leído o escuchado, me retiro ahora, pidiéndoos simplemente que permanezcáis así, un espacio de tiempo muy breve pero lúcido y espontáneo.

 

…Silencio…

 

Soy Silo. Saludo, en vosotros, el Cristo, el hermano humano, la Luz eterna.

 

…Silencio…

 

Adiós.